viernes, 13 de enero de 2017

Comedor Abierto Mt XXV

Mt. 25, 35  “Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber…

El Comedor Abierto Mateo XXV es una obra social que se inicia el año 1985 (aproximadamente) en la parroquia Jesús Obrero, siendo el gestor de esta hermosa iniciativa el Padre Remo Pistrin  Bertuzzi, de nacionalidad Belga, perteneciente a la fraternidad religiosa de los Hermanos Capuchinos. Eran tiempos muy difíciles especialmente para este sector de Rahue Alto. El P. Remo siendo párroco de Jesús Obrero, continúa  su evangelización hacia el sector de Las Vegas y poblaciones que se iban formando. Así comienza a formar Comunidades Eclesiales de Base (CEB) y al ver el entusiasmo de la gente, se construye una casa en el mismo lugar  donde ahora está nuestra Parroquia, ahí se reunían los comunidades y se dió  el nombre de Capilla San José.

Viendo las necesidades existentes en este lugar, el P. Remo no sólo quería alimentar a la gente con la Palabra de Dios, sino también con un plato de comida, pero como no había sede parroquial ni cocina donde preparar los alimentos, optaron por hacer el almuerzo en una casa particular, ubicada en Calle Walterio Meyer, pero la gente iba a retirar su olla con comida y la llevaban a su casa. Las señoras que cocinaban venían de  Jesús Obrero y se les pagaba por su trabajo, esto fue más o menos por un año.
En vista de que la comunidad iba creciendo y con aportes que el P Remo trajo de su país, se comienza a construir un templo más grande y una sede parroquial para que se reunan los grupos existentes, además se piensa continuar con el Comedor Abierto. Asi se crea la Parroquia San Leopoldo Mandic.
En el año 1988 llegaron las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús. Una de ellas la Hna. Consuelo Pardo (Colombiana) quien se hizo cargo del Comedor.
Durante varios años el Comedor Mateo XXV  pudo subsistir gracias al aporte de Cáritas Chile, consistente en harina, leche, aceite (Buterol) . El resto de abarrotes los compraba el P Remo con aportes que le llegaban de Europa.

En el año 1990 se comienza a buscar voluntarias para cocinar y para hacer el pan. Como eran años muy complicados en la economía, llegaban  familias enteras a almorzar, hasta 300 personas por día, se hacían hasta tres turnos, y para ordenarlos se les entregaba un número.
Entre los primeros voluntarios se recuerda al matrimonio Lemonado,  don Augusto y señora Marisa (QEPD) don Heriberto y señora Berta, don Joaquín y señora Ester, etc
Paulatinamente fue disminuyendo la cantidad de personas que asistían diariamente al comedor, pero por muchos años se recibió la ayuda de benefactores de Europa.

De los voluntarios y voluntarias que más tiempo sirvieron a este comedor, destaca la Señora María Vidal, que con su hijito de tres años, venía todos los días a cocinar junto a otras personas. La Hna.  Consuelo la dejó a ella como encargada del comedor y durante muchos años lo hizo en forma responsable y desinteresada. También fue encargada de la bodega la señora Magdalena Saldivia,  quien por más de veinte años, se preocupó de que no falten abarrotes para cocinar, y si algo faltaba ella hacía los contactos con instituciones y particulares.

Cuando el P Remo volvió  a su país de origen, se terminó la ayuda que venía de Europa, por lo tanto comenzaron a aportar las mismas Comunidades Eclesiales de Base en pequeñas cantidades de alimentos, se recuerda a la comunidad San Sebastián, San Pablo, San José, Lourdes y Parque Artesanal.  Pero antes de regresar a Bélgica, el P.  Remo hizo contactos con la Clínica Alemana de Osorno y comenzaron a aportar para el comedor.  De esta manera se fuero sumando otros benefactores, el Hogar Santa María, Colegio San Mateo, Colegio Santa Marta, Pablo Pool (Panaderia Pool) Colegio Alemán y  tantas otras instituciones y personas particulares que ha hecho posible que esta obra de amor al prójimo continúe en el tiempo.
 Varios párrocos  han querido cerrar el comedor, pero la comunidad no lo ha permitido, y con la asistencia del Espíritu Santo y la  generosa  ayuda de muchas personas e instituciones de Osorno, siempre hay abarrotes en la bodega, para cocinar.
Y por último, pilares fundamentales han sido las voluntarias que están hoy día y que estuvieron por muchos años sirviendo cada semana, para que los “sobrinos” puedan disfrutar de un plato de comida preparado con mucho cariño para ellos. Hoy son mas de 20 voluntari@s que de lunes a viernes entregan su tiempo al servicio de los mas pobres...
…” era forastero y me recibieron, desnudo y me vistieron…” 


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